La higiene facial es un tratamiento esencial para mantener la piel del rostro limpia y saludable.
Este procedimiento no solo elimina las impurezas superficiales, sino que también profundiza en la limpieza de los poros, mejorando la textura y la luminosidad de la piel.
Beneficios:
Eliminación de impurezas y células muertas: Ayuda a mantener la piel fresca y radiante.
Descongestión de poros: Reduce la aparición de puntos negros y acné.
Mejora de la textura y luminosidad: Prepara la piel para otros tratamientos y productos cosméticos.
Preparación para tratamientos adicionales: Permite que la piel absorba mejor los productos aplicados posteriormente.